La feria andaluza.

Lo que fue una semana llena de ilusión se transformó anoche en un agridulce sabor de boca: nada ha cambiado en Andalucía.

Ni la corrupción, ni la crisis, ni los desahucios… nada. Nada ha cambiado.

Resultados Andalucia 2015

Es grande la tentación de culpar de la miopía del votante andaluz a las triquiñuelas y chantajes mediáticos de las televisiones (públicas y privadas) que, Venezuela en ristre, han sembrado miedo a través de la TDT, pero no puedo evitar pensar que si un ciudadano da la misma importancia a los 200.000 euros de la declaración complementaria de Juan Carlos Monedero que a los miles de millones de euros de la estafa sistémica, organizada y sistematizada de los ERE’s, es que los mimbres que tejen nuestra sociedad están viciados.

Andalucía, tierra de sol y música, es también la patria de las ferias. Y no me refiero a la expresión de alegría y celebración del mismo nombre, sino al mercadeo de bienes y favores que impregna toda la sociedad española, esa vil costumbre ibérica del «una mano lava la otra», ese entramado despreciable y corrupto que ahora llaman «clientelismo».

Defiende la corrupciónVarios son los datos extraídos de los resultados de las elecciones Andaluzas que me desazonan:

– La suma de los votos que han aprobado la labor de los dos grades partidos (manantial innegable de corrupciones, miserias, innoble servilismo a la Troika y responsables últimos de los 50 desahucios diarios que se producen en Andalucía, por no hablar de la tasa de desempleo) ha alcanzado un pasmoso 63% de los votos emitidos.

– La abstención (desinterés, pasotismo y/o abulia) de los llamados a las urnas en Andalucía ha alcanzado el 36%, cifra que, aunque mejora la participación de otras convocatorias, refleja la nula implicación de un tercio de los mayores de edad andaluces en la responsabilidad del diseño de su futuro. Sinceramente, espero no verles quejándose después en la barra del bar, entre tapa y tapa, de lo canallas que son quienes gestionan sus dineros.
En el bar– Los partidos de izquierda (disculpadme si soy de los que creen que PODEMOS es de izquierdas) que por separado han obtenido 20 escaños en el Parlamento Andaluz, de haber concurrido unidos a los comicios de este pasado fin de semana, habrían alcanzado sin duda un resultado mucho más aparente (las matemáticas de asignación de escaños por provincias se me escapa, pero no creo estar equivocado) al sumar un 21,76% de los votos. Mi impresión es que trasladar a la política la capciosa dicotomía del «¿a quién quieres más, a papá o a mamá?» no funciona y es síntoma de una estrechez de miras suicida.

Así las cosas, y para terminar, me confieso decepcionado pero anhelante, convencido de que el «tic-tac» aún murmura pero necesita cuerda, deseoso que los líderes de la izquierda se sienten y se dejen de dilaciones ante una convergencia ineludible, y que la Justicia ponga fin a la impunidad que tanto el PSOE como el PP han venido disfrutando en ésta España nuestra que sigue doliendo a los que pensamos que merecemos algo mejor que tener verdugos de «colegio de pago».
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Amplío información acerca de una hipotética unión en los comicios entre PODEMOS e IU.

Según publica Público.es (http://www.publico.es/opinion/andalucia-ley-d-hont-favorecido.html), el bloque de izquierdas hubiera sumado 1 diputado más en Almería, Huelva, Jaén (del PSOE), Córdoba, Málaga (del PP) y Sevilla (Ciudadanos).

Es decir, un total de 6 escaños más, lo que hubiera dejado los resultados como sigue:
– PSOE:                 44 (-3)
– PP:                       31 (-2)
– Podemos+IU:  26 (+6)
– Ciudadanos:     8 (-1)

Como se puede comprobar, la diferencia no es baladí.
Creo que la alternativa de izquierdas de este país debería hacerse mirar el ego por el bien del proyecto que (casi) comparten.